Con la llegada de 2024, el temor a una nueva recesión económica sigue acechando a muchas empresas. El sector manufacturero sigue sufriendo el doble impacto de la inflación y los despidos, este último que quizá podría mitigarse.
Todos conocemos los importantes retos a los que se enfrenta la economía mundial. Algunas empresas están frenando las inversiones de capital en 2024, mientras que otras están recortando en áreas de su negocio sin pensar demasiado en las implicaciones a largo plazo. Después de casi cuatro años de adaptación a unas condiciones empresariales perturbadas por la pandemia, las secuelas de la inflación y el temor a la recesión tienen a los dirigentes luchando por ajustar los presupuestos al menor crecimiento de los ingresos.
Acosados por la ansiedad de tomar decisiones equivocadas y tener que dar malas noticias, los directivos suelen ser propensos a tomar decisiones miopes a la hora de recortar gastos. Y cuando se trata de mantener los resultados previstos del recorte de costos, la mayoría de las organizaciones son pésimas (¡sentimos tener que decir esto!). Según en estudio, sólo el 43% de las empresas consiguen reducir costos el primer año, y sólo el 11% puede mantener un comportamiento prudente durante el tercer año. El último fracaso que vemos suele venir de apartar la vista del futuro. Por ejemplo, sólo el 9% de las empresas crea capacidad suficiente para asumir el crecimiento y la innovación en apoyo de sus aspiraciones a largo plazo. En lugar de hacer lo que parece “menos doloroso”, los líderes deben redoblar sus esfuerzos para proteger las aspiraciones y la cultura a largo plazo de su organización. Si se enfrenta a la necesidad de apretarse el cinturón, ERA está ayudando a clientes de todo el mundo a reducir costos y mejorar el crecimiento de la empresa al mismo tiempo.
Concéntrese en la estrategia, no en los objetivos de costos.
El hecho de que el crecimiento no se haya materializado o de que factores externos contribuyan a reducir los ingresos y aumentar los costos no significa que su estrategia no sea sólida. Los líderes que se lanzan a recortar costos sin reafirmar primero (y ajustar si es necesario) la estrategia de la organización probablemente lleven a sus empresas a un latigazo cervical. Si su estrategia a largo plazo sigue siendo sólida en contraste con el rendimiento y los resultados actuales, es hora de apoyarse en esa estrategia y averiguar cómo hacer reducciones a corto plazo que afirmen los objetivos a largo plazo, en lugar de abandonarlos.
La relación entre inflación y despidos es compleja.
Ambas pueden influirse mutuamente. Los despidos pueden reducir la producción y la oferta de bienes y servicios, lo que puede aumentar la demanda de bienes y servicios que escasean. Este aumento de la demanda puede hacer subir los precios de estos bienes y servicios, dando lugar a la inflación. Del mismo modo, la inflación puede provocar un aumento de los costos de producción de las empresas, lo que puede dar lugar a medidas de reducción de costos, como los despidos. Sabemos que cuando los costos aumentan, lo más fácil es subir los precios. Pero cuando eso ya no es una opción, lo más fácil es cortar cabezas. Pero antes de tomar esta decisión a corto plazo, puede buscar en otras partidas de sus costos ahorros y oportunidades.
Nuevos conocimientos para optimizar su base de costos.
Una empresa media gasta alrededor del 70% de sus ingresos en proveedores. Pero en el vertiginoso mundo de los negocios de hoy en día, puede resultar difícil asegurarse de que los proveedores cumplen sistemáticamente las necesidades de la empresa y optimizan los costos. Para la mayoría de las empresas, los nuevos retos y la visión del mercado ofrecen una oportunidad inmediata y material de aportar valor. Una evaluación de oportunidades le ofrece un análisis detallado de su gasto en proveedores. Descubre oportunidades para ahorrar dinero, además de buscar formas de aumentar el valor de los proveedores y mejorar las prácticas de trabajo:
• Perspectivas de expertos que cuestionan la forma en que se hacen las cosas hoy en día.
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