Externalizar: La llegada de consultores a una empresa a menudo se vive con escepticismo por parte de los empleados, que se preguntan, y a quiénes preocupan, los motivos y el resultado de la consultoría. Incluso pueden sentirse traicionados por la dirección de la empresa: ¿Significa esto que no somos lo bastante buenos? ¿Y ellos qué saben de este trabajo? ¿Se encontrarán los consultores con algo que perjudique nuestro puesto de trabajo? ¿Estará en peligro nuestro futuro en la empresa? ¿Y por qué contrata la empresa a gente de fuera que le sale tan cara, ahora que tanto escasean las subidas salariales y los complementos salariales por objetivos?
Puesto que los consultores trabajan por cuenta propia, su único objetivo es atender las necesidades de su cliente y marcharse amistosamente; si es posible, llevándose buenas referencias con las que ampliar su cartera de clientes. Los consultores son especialistas en su campo y, con su experiencia, aportan un punto de vista diferente a los problemas que hay que resolver. Su función es ayudar a la empresa y únicamente se lucran si lo consiguen. Lo que no hay que olvidar nunca es que, contrariamente a lo que piensan los empleados, ¡no se van a quedar para siempre!
Convencer : La comunicación es, una vez más, el eje del éxito del proyecto. Los directivos de la empresa y los consultores extraerán lo mejor de los empleados (de todos los niveles jerárquicos) si se les explica en qué consiste el proyecto. No se trata de justificar la decisión de la dirección de recurrir a ayuda externa sino, más bien, de explicar la magnitud de los beneficios que la empresa y, por ende, todos quienes en ella trabajan, va a obtener de la consultoría, sin menoscabo del presupuesto ni de la masa salarial.
Con independencia de que el objetivo final sea buscar soluciones sin sobrecargar a los empleados, aumentar los ingresos o modernizar los procesos de trabajo para facilitar la vida a todos los interesados, informar a los empleados de los pormenores del proceso hará que se sientan parte del mismo y garantizará la máxima colaboración por su parte.
Colaboración: Para estructurar el proyecto y obtener información muy valiosa, los consultores necesitan una mínima contribución de los directivos y empleados.
La dirección y los empleados son, fundamentalmente, quienes pueden aportar información sobre la empresa, no sólo en materia de estrategia sino también en lo referente a la relación con los proveedores, a los motivos de los procedimientos utilizados o a la elección de un producto de una calidad determinada; todos los criterios subjetivos pueden revestir importancia.
Con esta impagable información, los consultores proceden a aplicar su conocimiento especializado del mercado y los puntos fuertes de su red para buscar la manera de ahorrar, de mejorar los procedimientos y de negociar mejor las condiciones para el cliente.
Cosechar los beneficios: Gracias a su capacidad de tomar perspectiva, ver la situación con imparcialidad y a su amplia experiencia con los mercados, los consultores externos con frecuencia se encuentran en situación de conseguir mejores ofertas que los negociadores “de la casa” sin comprometer la calidad y, en la mayor parte de los casos, con los mismos proveedores.
Los empleados deben dar una buena acogida a los resultados del proyecto de consultoría y aprender de este para mejorar su propio desempeño y sus propios logros, y para elevar el listón de su departamento. A largo plazo, serán ellos quienes disfruten de los beneficios y de la consideración de la dirección de la empresa.