IA en el trabajo

En 2015, solo el 10% de las organizaciones dijo que ya utilizaba la IA -o inteligencia artificial-. Esa cifra aumentó al 37% en 2019, lo que indica que una de cada tres empresas ya utilizaba la IA en ese momento (Gartner, 2019). La IA ha llegado para quedarse y revolucionará el lugar de trabajo esta década.

Sin embargo, existe una gran preocupación de que la IA provoque la pérdida de puestos de trabajo. McKinsey descubrió que aproximadamente el 15% de la fuerza laboral mundial podría ser desplazada por la automatización entre 2016 y 2030. La palabra importante aquí, sin embargo, es “podría”. No es necesariamente una mala noticia.

 

Creación de nuevos empleos y evolución de los existentes

Aunque la IA podría desplazar ciertos puestos de trabajo, las investigaciones indican que se crearán más empleos. Históricamente, la tecnología ha dado lugar a funciones que antes no existían, como los desarrolladores de aplicaciones. Se espera que la IA haga lo mismo, a través del aumento de la inversión y proporcionando a los empresarios herramientas innovadoras que podrían abrir nuevas áreas de negocio.

En lugar de sustituir a los humanos, las máquinas trabajarán junto a nosotros para mejorar las formas de trabajo. Lo que puede hacer la IA sigue teniendo limitaciones: sólo puede hacer lo que se le dice. Por ello, es probable que veamos una automatización parcial, sobre todo en trabajos con tareas repetitivas que podrían evolucionar hacia la gestión y resolución de problemas de los sistemas robóticos. Ya es el caso de empresas como Amazon, donde los empleados que realizaban trabajos manuales son ahora operadores de robots.

 

Más tiempo y más productividad

Al descargar las tareas rutinarias a la IA, los empleados tendrán más tiempo para concentrarse en trabajos complejos. Según PwC (2018), el 54% de los ejecutivos de empresas afirmaron que la adopción de la IA condujo a una mayor productividad. También aumenta el compromiso de los empleados al mejorar la calidad de los trabajos.

La IA también puede procesar los datos más rápido que cualquier humano, lo que da a las personas más tiempo para trabajar con ellos. Estos datos pueden convertirse en ideas digeribles para ayudar a aislar las tendencias o predecir lo que una empresa necesita realizar. Un buen ejemplo de esto es la investigación del cáncer. La IA puede analizar los datos en segundos cuando a un investigador le llevaría semanas, lo que acelera la búsqueda de una cura para el cáncer. Una vez más, vemos que la IA trabaja junto a los humanos, no contra ellos.

 

Mayor personalización e inteligencia empresarial

La capacidad de la IA para procesar datos también conduce a una mayor inteligencia. Puede supervisar los análisis de los sitios web para personalizar el contenido para los clientes en función de sus datos demográficos. La IA también puede proporcionar inteligencia instantánea a los empleados de cara al cliente para ayudarles a comprender mejor las necesidades de los clientes en tiempo real.

La inteligencia generada por la IA beneficia a las empresas de otras maneras. Puede utilizarse para controlar los patrones de ausencia no planificada o para entender por qué algunos empleados son más productivos que otros. Estos “análisis de personas” pueden utilizarse para reducir el riesgo y mejorar la toma de decisiones en la gestión del talento.

 

El futuro

Un mundo con IA no significa una toma de posesión tecnológica total. En su lugar, la IA será nuestro socio, trabajando con nosotros para hacernos más eficientes y productivos. El equipo de Expense Reduction Analysts supervisa constantemente las últimas tendencias tecnológicas para garantizar que podamos seguir ayudándole a optimizar su negocio, a adelantarse a los acontecimientos y a mejorar su rendimiento. Para saber más, eche un vistazo a nuestra página web o póngase en contacto con nosotros hoy mismo.