Habitualmente, los procesos de compra tienden a regirse por la conocida regla de Pareto: el 80% del volumen de compra se concentra en el 20% de los proveedores.
Y como es lógico, el restante 20% es atendido por el 80% de ellos, generando múltiples transacciones de bajo valor individual cuyo conjunto representa un alto costo de gestión. A esa acumulación de operaciones de poco importe, provenientes de múltiples proveedores, se le denomina “Tail Spend”, o “gasto de cola”.
En compras no estratégicas, lo esencial es obtener ahorros, reducir precios, además de agilizar y asegurar el suministro en las mejores condiciones. Ser más eficientes es ser más competitivos.
Las decisiones estratégicas marcan la diferencia:
- Una gestión de compras consciente y avanzada representa un factor crítico de competitividad.
- Saber distinguir entre las actividades estratégicas de compra y el resto, es crucial a la hora de asignar recursos y atención de los equipos directivos.
- El control del “gasto de cola” absorbe recursos valiosos, representando siempre un alto costo de oportunidad. Son muchas transacciones, tiempo y atención dedicadas a una actividad que no aporta valor diferencial a la empresa. Enfocarse en mejorar la eficiencia permitirá obtener ahorros en costos y recursos.
- Por tanto, confiar esa gestión a especialistas en la mejora de condiciones y procesos de compra siempre es una decisión acertada.
Ventajas
- Ahorro de costos
- Agilidad
- Escalabilidad
- Acceso a las mejores prácticas del mercado
- Mejoras en precio y condiciones